Vejez, literatura y amor

19 Jun

En un artículo de 1982 publicado en el diario El Espectador de Bogotá, García Márquez cuenta que después de haber leído literatura japonesa por más de un año, la obra que más le había impresionado y la única que le hubiera gustado escribir era La casa de las bellas durmientes, de Yasunari Kawabata. Veintidos años después, García Márquez le rinde un tributo al escritor japonés con su novela Memoria de mis putas tristes, en la cual un antiguo profesor de gramática y ahora periodista de provincia decide regalarse en su cumpleaños número noventa, una noche de amor con una adolescente virgen. La historia recuerda el libro de Kawabata que gira en torno a una mansión de Tokio en donde los ancianos burgueses pagaban para pasar una noche contemplando a las mujeres más bellas de la ciudad mientras dormían desnudas y narcotizadas a su lado. El tributo literario de García Márquez se confirma con el epígrafe de la novela de Kawabata y en el transcurso de la historia pues el protagonista, conocido solamente por el apodo que le pusieron sus alumnos, “Mustio Collado”, nunca llega a tocar a la niña que le consigue su amiga Rosa Cabarcas, dueña del burdel que él solía visitar.

Pero la relación de esta novela corta con otras obras literarias va más allá del puente que establece con La casa de las bellas durmientes. El crítico y escritor colombiano R. H. Moreno Durán ha notado como la más reciente de las novelas de García Márquez es quizás la más “libresca” de sus obras. Las citas y referencias literarias que aparecen a lo largo de la historia incluyen a Thomas Mann, Benito Pérez Galdós, Alvaro Cepeda Samudio, Giacomo Leopardi, Romain Rolland, Antoine de Saint-Exupéry, Charles Perrault, Thornton Wilder y las historias de Las mil y una noches. Sin embargo, la lectura de Moreno Durán resalta sobre todo la posibilidad de que Memoria de mis putas tristes sea también un homenaje a la tradición literaria española. Lo anterior por tres motivos. Primero, por el apodo del personaje central de la historia “Mustio Collado” que es tomado de las primeras estrofas del poema del español Rodrigo Caro La canción a las ruinas de itálica. Segundo, la referencia a La lozana andaluza, novela de Francisco Delicado sobre las artes del prostíbulo del siglo XVI, obra que lee el profesor Collado. Tercero, y quizás el más importante de los homenajes, es la citación a la tradición del romance español que llegó con los conquistadores y se difundió por toda América. Delgadina es el nombre ficticio que el protagonista de la historia le da a la niña que le consigue Rosa Cabarcas, y Delgadina es uno de los romances españoles más difundidos y repetidos a lo largo de América, en el cual el Rey pide en amores a su hija más joven, que al negarse, es condenada a permanecer cautiva en una torre del castillo donde finalmente muere. Existen diversas versiones de este romance desde California, hasta Argentina y Chile con algunas modificaciones en la historia central pero que conservan la idea inicial del romance español. En la cama del burdel, mientras contempla a la niña dormida, al profesor Mustio Collado le vienen a la mente las estrofas del romance que le canta suavemente al oido y que le darán nombre en el resto de la historia: La cama de Delgadina de ángeles está rodeada.

La música también es un elemento central en la construcción del relato. El antiguo profesor de gramática, que trabaja ahora en un diario local como cronista musical y de teatro, está siempre acompañado en el transcurrir de la historia por la música clásica de Bach, Wagner, Debussy, Bruckner, Mozart, Brahms y Satie, así como de la música popular latinoamericana en las voces de Toña la Negra, Agustín Lara, Carlos Gardel o las canciones de Miguel Matamoros cantadas por Pedro Vargas. Las referencias literarias y las musicales, además de revelar los gustos y las inclinaciones artísticas del personaje central de la novela, funcionan como elementos destinados a crear una atmósfera melancólica propicia para el desarrollo de la historia.

Mustio, según el Diccionario de la Real Academia, quiere decir melancólico, triste y también lánguido y marchito, adjetivos que podrían adaptarse bien a la situación del protagonista de Memoria de mis putas tristes. Aparte de las referencias y homenajes literarios, esta novela corta de García Márquez es una historia sobre la vejez y el amor o sobre el amor en la vejez, que por momentos nos recuerda los sentimientos y reflexiones de Florentino Ariza en El amor en los tiempos del cólera. “Me acostumbré – dice el profesor Mustio – a despertar cada día con un dolor distinto que iba cambiando de lugar y forma a medida que pasaban los años. A veces parecía ser un zarpazo de la muerte y al día siguiente se esfumaba. Por esa época oí decir que el primer síntoma de la vejez es que uno empieza a parecerse a su padre”.

Vejez, literatura y amor. El protagonista está enfermo de literatura pero también, a sus noventa años, se descubre enfermo de amor, un amor que solo logra manifestar con los versos de Leopardi, que ha tratado de traducir toda la vida pero que sólo ahora comprende: “Ay de mí, si es amor, cuánto atormenta”. En esta novela encontramos nuevamente todo el encanto narrativo de la prosa de García Márquez y aunque no tiene las características de una obra maestra como Cien años de soledad o El amor en los tiempos del cólera (con personajes y situaciones destinados a quedarse por siempre en la mente de los lectores y en la historia de la literatura), es imposible detenernos en la lectura de sus páginas. Con su maestría habitual, García Márquez nos lleva de la mano para gozar lentamente el sonido de cada palabra y de cada frase que se van uniendo para construir un espacio poético donde el lector no puede, ni quiere, escapar.

4 respuestas hasta “Vejez, literatura y amor”

  1. Daniel Lupercus octubre 25, 2014 a 21:52 #

    Quién escribió este artículo para poder citarlo???

    • RafaelGutierrez octubre 26, 2014 a 17:17 #

      Hola Daniel, a qué artículo te refieres, al post en el blog? o al texto de García Márquez?

      • Daniel Lupercus octubre 26, 2014 a 19:20 #

        Al artículo sobre García Márquez. Además alguna Bibliografía sobre el tema de la vejez en la literatura.

      • RafaelGutierrez octubre 29, 2014 a 16:33 #

        El texto aquí publicado sobre García Márquez es de mi autoría (Rafael Gutiérrez). Para ese tema de vejez y literatura se me ocurre ahora el libro de Michel Leiris «Edad de hombre: la literatura considerada como una tauromaquia».

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