1.
¿Encontraría a esta hijueputa? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue séptima o por el pont de la 26, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota en el aire me dejaba distinguir las formas, ya su enorme silueta recortaba el paisaje, caminando sin hacer nada, o quizás comiendo alguna de esas empanadas grasientas que le vendía por un precio irrisorio Monsiuer Chepe. Y era tan natural cruzar la calle y acercarme a ella, que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual es lo menos casual en nuestras vidas y más aún en un maldito barrio tan pequeño.